No veo cómo.
Por: Susana Valdés Levy.
No veo cómo o para qué
hablar contigo
Porque, o yo me salgo de la norma
O tú no entiendes lo que digo.
Es tal tu apego a la estructura
Que al imponerle el
algoritmo
La idea pura y esencial se desfigura.
Como ola que
destruye el castillo de arena
Tanta estrategia se vuelve tediosa
La precoz conjetura siempre es odiosa
Y se va el entusiasmo en toda faena.
Hay
quienes dirigen a discreción
Con sorda y ciega autoridad
Incompletos en fundamento o información.
Porque no saben escuchar.
Y desde su inflexible y rígida postura
No hay suficiente intento, talento o capacidad
Y así el contento trabajo se torna en amargura.
Saber dirigir la
creatividad es un arte
Y la estrategia es solo un esquema
Si este no conduce a alguna parte
La iniciativa muere y la voluntad se quema.
La energía y la motivación
son al trabajo
Lo que la amabilidad, el tacto y el buen trato
son en el terreno de la educación.
Si la omisión de alguno rompe la balanza,
Se sostendrá el asunto por un rato
Pero luego se pierde aquella confianza
Aniquilando la creatividad y la imaginación.
La protocolaria columna de institucionalidad
Como la estalagmita que crece en las cavernas
Se forma con la gota que de arriba cae constante
No es, por cierto, la que en un inesperado instante
Pone en duda conocimiento, iniciativa y lealtad.
La naturaleza nos dio dos
orejas y una boca
Para escuchar el doble de lo que decimos
Pero si como
siempre, nos interrumpimos
La comunicación será pobre y poca.
El buen capitán comandante
sabe apreciar
A quien lo hace verse aun más grande
Dejando hacer, motivar e inspirar
Dejando ser sí el horizonte se expande.
Pero independientemente de
estas miras
Lo que no se puede ni se debe aceptar
Es que tejan intrigas y tontas mentiras
En las que nada se ha comprobado
Solo con el necio afán de controlar
Lo que en principio fue despreciado.
Mi gratitud siempre estará
vigente
Porque he tenido a un buen maestro
Yo siempre aprendo de la gente
Ya por su saber o proceder siniestro.
Veo al final de esta corta experiencia
Que por cuestión de modos o estilo
Tuve siempre el trabajo en un hilo
Y a los dos se nos agotó la paciencia.
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